sábado, 6 de noviembre de 2010

Un partido para reflexionar

“Te prendes jugar al fútbol 5 esta noche?” fue el mensaje de texto que recibí el otro día, creo que algo habitual en cualquiera de los que leen El Último Hachazo. Mi respuesta fue inmediata: “Sí, contá con migo”. Buenísimo, ya tenía partido para la noche así que tenía que cumplir mis obligaciones por la tarde y buscar la ropa y los botines para jugar.

Durante el transcurso del día pensé en quienes jugaríamos, como lo haríamos y si nuevamente todos saldríamos en búsqueda del arco rival y nadie quedara en la defensa, algo común en cada partido con amigos. Seguí pensado un rato hasta que me autoconvencí que seguro nadie querría quedarse abajo y todos nos iríamos al ataque.

Faltaba poco para que se haga la hora de jugar así que fui a buscar mi pantalón corto, la remera deportiva, las medias, los botines y todo lo necesario para estar cómodo dentro de la cancha. Me despedí en el chat de un amigo con quien había estado hablando y me dijo: “Meté 10 goles”, lo que me recordó nuevamente el pensamiento de que todos nos iríamos al ataque.

Ya listo para caminar para la cancha me puse los auriculares y salí. Ahora más pensado en divertirme y pasarla bien, puse música en el celular y fui directamente a encontrarme con los demás. Llegué temprano, me puse los botines y esperé ansioso que arranquemos a jugar.

Cuando empezaron a llegar todos entramos a la cancha, peloteamos un rato, éramos 11 por lo tanto en mi equipo quedó de cinco y en el otro seis, y nos dividimos por como estábamos parados entrando en calor. Nosotros que formábamos con uno menos teníamos el privilegio de que nuestro arquero pudiera salir.

Arrancó el partido y para sorpresa de todos nos pusimos arriba rápidamente, ellos eran uno más pero estaban desordenados en la cancha. Aprovechando que nuestro arquero podía salir jugando y lo utilizamos como último defensor junto con un jugador de campo, dos en el medio y un punta, con la siempre movilidad que genera jugar al fútbol en espacio reducido.

El partido siguió sin grandes sobresaltos, yo estaba sorprendido porque mis pensamientos de que nadie defendería habían sido erróneos. Mantuvimos el control del juego durante gran parte del partido con el orden, y cuidando no dejar sólo al arquero en defensa. Por el lado del equipo rival todos atacaban y los que volvían defendían, un error que pagaron caro ya que casi siempre quedábamos con el portero rival mano a mano.

Finalmente ganamos por 12 a 8, si sumaba mi idea que nadie querría defender con la que jugamos con uno menos todo el partido el resultado tendría que haber sido para el otro equipo y por mayor diferencia. El resultado fue a nuestro favor porque jugamos ordenados, nunca dejamos a nuestro arquero sólo con los delanteros y fuimos más inteligentes que el rival. Fue un partido para recordar y así saber que hasta en fútbol 5, donde se suelen meter muchos goles, una de las claves del juego está en la defensa, ya que era donde parábamos a los rivales y desde donde elaborábamos el juego ofensivo.

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