jueves, 16 de septiembre de 2010

Los centrales también deberían ser ídolos

¿Qué es ser ídolo de un equipo de fútbol? ¿Quién puede ser ídolo? ¿Por qué logra semejante privilegio? Son preguntas que seguro todos nos hacemos y cada uno tenga su propia respuesta. En general se reconoce más a los jugadores por sus habilidades por marcar goles, gambetear o ser desequilibrante, pero ¿por qué nunca a aquellos hombres que desde la defensa permiten iniciar los ataques e impedir que los rivales conviertan goles? Son cuestiones de gusto, pero a los defensores centrales que permiten jugar con tranquilidad a sus delanteros habría que reconocerlos.













Es verdad que ha habido grande jugadores en el puesto como podrían ser Franz Beckenbauer, aquel alemán que desde el fondo organizara al Bayern Munich o a la selección de su país. En el plano argentino también encontramos a Daniel Passarella que brilló en la misma época que Beckenbauer, fuera campeón del Mundo con Argentina y un símbolo del puesto, Pedro Dellacha quien jugara en Racing siendo un jugador que imponía respeto. En la actualidad hay grandes jugadores que se desempeñan de centrales como Carles Puyol en Barcelona, John Terry en Chelsea o Walter Samuel en el Inter, pero son una minoría al lado de los de ataque.

A pesar de que se les haga un reconocimiento a algunos defensores, es sabido que los que reciben los máximos elogios son los que juegan de delanteros y más aun los enganches habilidosos. Pero, ¿podrían estos jugar así sin un respaldo confiable de sus defensores? Está claro que no. Cuando un jugador de ataque pierde la pelota, los que tiene que estar atentos para sobrellevar la situación son los del fondo para recuperar la pelota e iniciar un nuevo ataque.

Eduardo Galeano en su libro “El fútbol a sol y sombra” muestra esta injusta realidad hablando de quien es un ídolo. Él dice: “Su arte de malabares multitudes; de ovación a ovación”, olvidando por completo que si una de estas excelentes jugadas fallan los que tendrán que cubrir el error son sus compañeros de la defensa. El uruguayo completa su idea y comenta: “Cuando él juega (por el ídolo) el cuadro juega con doce”, ¿y cuando un central te salva dos o tres goles? ¿Ahí no afecta al equipo? Es muy injusto la coronita que se le pone a los jugadores de ataque y el poco protagonismo de los defensas.

Es cierto que a la mayoría nos gusta ver jugadas con brillo, gambeta y cosas que algunos pocos pueden hacer. Pero los centrales con el rol de recuperar la pelota sin cometer falta también tienen una virtud de algunos pocos que no es reconocida como tal por los espectadores del fútbol. Sin centrales no hay buenas jugadas de ataque, por lo tanto, sin centrales no hay ídolos, así que los defensores deberían ser tan ídolos como los delanteros.

1 comentario:

  1. EXACTOO, deberiamos ser los idolos!!
    además agrego que si un delantero pierde la pelota no pasa nada, pero si un defensor pierde la pelota queda mucho mas expuesto, por eso las presiones tambien son diferentes. Si un delantero se equivoca, se puede llegar a empatar un partido, si un defensor se equivoca se puede perder un partido.

    Somos mas idolos! jaja

    muy buena la nota, me gusto la parte del libro.
    Saludos

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