Los jugadores que empiezan en los clubes en las inferiores, primero se foguean con el plantel de primera, luego logran tener un lugar protagónico en el equipo y recién ahí los dirigentes los venden al exterior. Esto en la mayoría de los casos, también están los que se han ido sin debutar en el club que los acobijó. El inicio de la carrera del jugador de fútbol en las inferiores es fundamental porque cada institución impone una ideología, una forma de juego, una mentalidad y todo eso se enseña desde chiquito.
La formación de los jugadores en el fútbol desde muy pequeños no es la única que se da en la vida, también está como es uno enseñado en la casa, en la escuela y la ideología política que apoya o simpatiza. No siempre el hecho que a uno que impongan algo quiere decir que lo acepte a corto plazo, pero seguro que quien intenta hacernos pensar de una forma no descanse hasta lograrlo.
Hay muchos casos dentro y fuera del fútbol sobre esta imposición. Huracán es uno de ellos con el famoso Tiki Tiki de Ángel Cappa que proviene de cuando el Globo salió campeón en 1973 de la mano de César Luís Menotti, aquí se ve la exigencia del buen fútbol. Continuando en el deporte están River y Boca que acostumbra a promover muchos jóvenes, los millonarios de mitad de cancha hacia delante puramente de ataque y los Xeneixes buenos enganches y creadores de juego.
Dentro de la política hay un hecho ficticio, pero muy real, que lo cuenta George Orwell en el libro 1984 cuando el personaje Winston Smith estaba totalmente en desacuerdo con las formas de gobierno. En este libro se ve claramente la perseverancia para inculcar una idea. La novela cuenta que este hombre rechazaba no tener privacidad, que no brinden la información correcta, cambien el pasado y demás cosas, entonces desde el partido lo espían y lo secuestran. Una vez que a la persona la capturan ésta debe morir, pero esto no sucederá hasta que piense igual que el Gran Hermano (quien controla todo en la ficción), Winston se niega rotundamente a apoyar la política hasta que por tanto insistir, torturar y decirle termina amando al partido y recién ahí lo matan.
Volviendo al fútbol, pero sin dejar de lado a Orwell, los clubes inician esta imposición de pensamiento desde las inferiores cuando contratan a los entrenadores y seleccionadores. En 1984 se ve algo similar cuando cuentan que los hijos espiaban y denunciaban a sus padres por no apoyar al partido. Cuando a los jóvenes se les impone desde chicos algo es mucho más facil que lo acepten como lo correcto, y en los casos que se intenta hacer de grandes la insistencia y perseverancia muestra sus frutos como lo describe perfectamente George Orwell.